Las criptomonedas son una magnífica herramienta, facilitan muchos procesos y pueden tener gran importancia en el futuro. De hecho, ya la tienen, en el presente. Sin embargo, las criptomonedas son solo una herramienta. Una a la que se le puede dar maravillosos usos, sí, pero que también puede aprovecharse para intenciones malvadas. Recientemente, la BBC destapó un escándalo en el que un grupo de indonesios torturaban macacos por pagos en criptomonedas, este fue conocido como Monkey Torture.
Personas malas han existido desde que el ser humano es capaz de clasificar en bueno o malo. La maldad, en sí, no es una característica objetiva ni medible, sino más bien una orientación del carácter que provoca perjurio o no lo evita de forma deliberada e injustificada.
¿Qué pasó exactamente con Monkey Torture?
En junio de 2023, BBC sacaba un artículo, historia y documental de BBC Eye Investigations, por Joel Gunter, Rebecca Henschke y Astudestra Ajengrastri. Se habían infiltrado en una red de tráfico de vídeos de torturas de monos. Unos cientos de personas de Estados Unidos y Reino Unido, entre otras regiones, les pagaban a personas en Indonesia por vídeos de torturas de animales.
La divulgación y venta de este tipo de contenidos comenzó en YouTube, antes de pasar definitivamente a grupos privados en Telegram. Los vídeos eran altamente explícitos y se dañaba terriblemente a macacos cangrejeros bebés, en muchos casos provocándoles la muerte. Los pagos, por diferentes motivos, se realizaron con criptomonedas.
¿Cómo los descubrieron?
Los periodistas crearon perfiles falsos y lograron entrar de forma anónima a uno de los principales grupos de Telegram. En este encontraron cientos de sadistas, personas que disfrutan el dolor ajeno, especialmente físico. Estas personas lanzaban gran cantidad de ideas sobre extremos procedimientos que se les podían realizar a los animales.
Los periodistas fueron capaces de rastrear la identidad real de los torturadores indonesios y de algunos distribuidores y compradores en los Estados Unidos. Actualmente unas decenas de personas están siendo investigadas, y las autoridades continúan buscando a más implicados.
En Indonesia, la policía detuvo a dos torturadores:
- Asep Yadi Nurul Hikman: Cargos por tortura animal y venta de especies protegidas. Sentenciado a 3 años de prisión.
- M Ajis Rasjana: Cargos solamente por tortura animal y una sentencia de apenas 8 meses de prisión. Esta sentencia es la máxima disponible para este delito.
¿Merecían sanciones más fuertes? Posiblemente. Pero el éxito de una penitencia no está en castigar a los detenidos, sino en reformarlos. Para llegar a realizar estas acciones por dinero, casi siempre se necesita que tengas ciertas dificultades en la vida. Esperemos que estas personas sean capaces de darle un nuevo rumbo a su vida, por el bien de la sociedad, y el suyo propio.
Mike McCartney: “The Torture King”
Algunas de las personas que se encuentran bajo investigación, estuvieron de acuerdo en hablar con BBC, o fueron atrapados en situaciones comprometedoras. Desde una abuela con medio centenar de vídeos de torturas en su teléfono, hasta muchos otros implicados bastante más bizarros. El siguiente es un caso bastante regular, pero que dejó un testimonio fuerte de digerir.
- Mike McCartney, conocido en Telegram por su nombre de usuario: “The Torture King”. Mike era uno de los principales distribuidores de los vídeos en Estados Unidos. Había sido parte de una banda de motociclistas y tenía historial delictivo. Nos dejó algunas frases bastante perturbadoras en la entrevista.
Habían organizado una encuesta ¿Quieres un martillo involucrado? ¿Quieres alicates involucrados? ¿Quieres un destornillador?» Mike calificó el resultado final del vídeo como «la cosa más grotesca que he visto
Estos testimonios son bastante perturbadores, pero también nos hablan sobre el funcionamiento de los grupos. Los clientes decidían los detalles que preferían en los vídeos, mientras que los torturadores, cumplían las órdenes. Junto a eso, el pago era realizado por criptomonedas.
¿Habla mal este suceso de las criptomonedas?
Muchos detractores de las cripomonedas han querido hacer lucir esto como un punto negativo clarísimo de las criptomonedas. Yo no estoy de acuerdo. Las criptomonedas te facilitan enormemente el proceso de enviar o recibir un pago, y como consecuencia, Monkey Torture fue más sencillo.
Pero… las criptomonedas han sido utilizadas para hacer llegar donaciones directamente a las personas necesitadas; han ayudado a músicos a recibir comisiones por su música, sin tener que depender de las grandes disqueras; han permitido a personas de cualquier parte del mundo (solo con internet) tener dinero que de otra forma no pudieran. Las criptomonedas son para todos y todas, es muy difícil privarte de su acceso, este es su punto más fuerte, pero también el débil.
¿Sería más seguro un mundo en el que todas las transferencias de dinero fueran regulables?
Tal vez, pero Monkey Torture pudo funcionar también mediante transferencias de banco. En un sistema más pulido, se nos ocurre que, quizás, un sistema financiero totalmente regulado podría prever en gran medida este tipo de ilegalidades.
Pero el conflicto ocurre cuando las personas no tienen nada de libertad ni total soberanía sobre sus activos. Los bancos cobran tarifas bastante altas (según la relación de los bancos y regiones), llegando a ser abusivas a veces. En muchos casos, ni siquiera es posible realizar transacciones por cuestiones políticas o de tu banco que poco te interesan.
La realidad es que los bancos no responden a tus intereses, solo te brindan un servicio, y mientras no tengan competencia, se seguirán aprovechando de ti.
Las criptomonedas no son ningún “One Piece”, son una mera alternativa. Una posibilidad de darle más libertad a la persona común. Ahora, esa libertad en algunas personas es buena, y en otras, no tanto. A lo mejor en el futuro aparezcan vías de evitar este tipo de sucesos. De momento, las criptos son el némesis del banco, una pizca de libertad para la gente común. Una solución con nuevos problemas.
A día de hoy, aún se puede acceder a muchos de estos grupos en Facebook y en Telegram. Los respectivos directivos de las redes sociales que sirvieron como servidores, respondieron con explicaciones entendibles. Los contenidos eran eliminados cuando eran debidamente reportados, pero es imposible físicamente, y una violación de la privacidad, que estas redes sociales monitoricen activamente los grupos privados.
Y esto es todo, espero haberte sido de ayuda. Déjame saber en los comentarios qué crees de todo este suceso.
