Es un hecho que el mercado de valores cada vez despierta más interés entre las mujeres inversoras de nuestro país. El 76% de ellas planea duplicar sus inversiones mensuales este año y, entre las que aún no invierten, una de cada cuatro (27%) afirma que comenzará por las criptomonedas.
Estos datos se desprenden del estudio que el banco online N26 realizó el pasado 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer. Los resultados del análisis invitan a reflexionar sobre la brecha de género existente en las finanzas, mostrando que la inversión todavía es una actividad dominada por el sexo masculino. Sin embargo, tan solo el 16% de los españoles lo percibe así.
Este estudio se llevó a cabo en cuatro mercados europeos (Alemania, Francia, Italia y España), además de Austria, y se registraron 3.005 participantes de España, tanto hombres como mujeres. El objetivo principal consiste en entender qué obstáculos encuentran todavía las mujeres inversoras a la hora de dar el paso, cuáles son sus preferencias y la influencia de factores como las diferencias regionales, la ocupación profesional o el estado civil en su comportamiento en el momento de invertir.
Claves sobre las mujeres inversoras en España
Actualmente, la cantidad invertida por las españolas es un 15% inferior a la media mensual masculina. No obstante, esto puede cambiar a lo largo de 2022, ya que más de tres cuartos (76%) de las mujeres que ya invierten, afirman que planean duplicar su montante mensual. Destaca principalmente la franja de edad de entre 55 y 64 años, que son las que mayores cantidades están dispuestas a destinar a nuevas oportunidades de inversión.
De las féminas que se lanzan al mercado de valores, las que trabajan en el sector financiero y en el tecnológico son las que más dinero destinan a este fin. En el otro extremo de la tabla se sitúan las mujeres empleadas en el comercio minorista y el turismo.
Además, las inversoras en España se caracterizan por tener unos ingresos menores que los hombres: un 58% de ellas disponen de unos ingresos mensuales de entre 0 y 1.999 euros, un importe inferior al que puede llegar a percibir el público masculino. En lo relativo a la situación familiar, las mujeres con hijos invierten una media de cien euros más al mes que las que no tienen.
En cuanto a la formación en materia de inversión y finanzas, las más informadas son las que trabajan en el sector financiero (51%), derecho (45%), comercio electrónico (45%) y trabajo social (41%). También influye la geografía, pues las mujeres del sur de España son las que menos conocimientos tienen (21%), todo lo contrario a las mujeres del Levante, donde más de un tercio (35%) se siente informada.
La motivación más importante de las mujeres inversoras consiste en ganar dinero a largo plazo
Entre las principales motivaciones de las mujeres españolas para invertir destacan las ganancias a largo plazo (motivo escogido por el 47%), coincidiendo con la principal motivación masculina (46%). En segunda y tercera posición destaca la seguridad financiera para la familia (41%) y ahorrar para la jubilación (37%).
A la hora de determinar la estrategia de inversión, más de un tercio prioriza la rentabilidad (35%), así como la relación calidad-precio (33%) y la minimización del riesgo (32%), mientras que la sostenibilidad es un factor que apenas consideran el 15% de las inversoras. En términos estratégicos, hay diferencias sustanciales con los hombres: casi el doble de ellos (29%) que de ellas (15%) considera importante diversificar la cartera de inversiones.
Entre las mujeres que aún no invierten, una cuarta parte afirma que lo más probable es que empiecen con las criptomonedas (27%), seguidas por los inmuebles (23%) y los productos bancarios (21%). Además, el estudio también concluye que las que se animen a empezar valoran destinar hasta 324 euros mensuales.
Falta de ingresos y desconocimiento, principales escollos para la inversión femenina
Entre los límites a la inversión, tanto las mujeres que ya invierten como las que no,. afirman que la falta de ingresos disponibles es el principal obstáculo para no invertir más o no haber empezado todavía (43% y 58% respectivamente). Casi un tercio de las entrevistadas citan también la incertidumbre sobre su situación financiera futura (29%) y la preocupación por la pandemia (28%). Para aquellas que aún no invierten, la falta de conocimientos (38%) y de confianza en los productos de inversión (23%) son los principales obstáculos.
Sin embargo, al ser preguntadas sobre los motivos que les impulsarían a invertir, más de un cuarto (27%) afirma que les gustaría que las mujeres hablasen más abiertamente sobre inversiones, y una de cada cuatro desearía también que hubiera más mujeres inversoras. De hecho, casi la mitad (46%) afirma que no hablan en absoluto de inversiones. Según ellas, la educación y los cursos pertinentes (23%) también serían útiles para que aumentase la inversión femenina.
Dos tercios de las inversoras españolas se sienten seguras a la hora de tomar decisiones en este ámbito, pero solo un tercio (30%) se siente conocedora de las inversiones. La brecha es especialmente visible entre las jóvenes de 18 a 24 años, donde el 75% se siente segura, pero sólo el 31% se siente conocedora. Por su parte, los hombres se sienten más seguros que las mujeres (79%) y más de un tercio se considera bien informado (39%).